Qué siento, por qué lo siento.
Una especie de desanimo general, una forma de caminar sin rumbo, como si siguiera un camino que alguien me indico mas no por mi deseo, sino por una voluntad ajena a mi ser, y que no me proporciona la dosis de felicidad necesaria para poder hallar un final feliz...
Busco un rumbo, una luz que al verla me indique seguirla, y llene de acción todo mi ser, de un sentido verdadero a quien soy, quien he sido y lo que soy en este futuro.
Es como si mi fuente de energía hubiese sido violentada, hurtada de la bóveda de mi cuerpo. Arrancada, golpeada y regresada... pero sin los bornes de conexión, como una batería viva, pero inútil. pues ya no puede alimentar mis acciones, mis deseos ni mis sueños.
La referencia ha sido borrada, parecía ser el norte, pero No!, no lo era.... solamente indicaba un: "Peligro, precipicio a centímetros de su corazón, transite con cuidado y tome las curvas a baja velocidad". Ahora en el fondo del precipicio, en este desolado abismo, veo muchos que tratan de regresar a la carretera, algunos otros yacen tendidos sobre el sórdido suelo, repleto de masas putrefactas, corazones desgarrados y brazos amputados al tratar de abrazar un alma demoniaca. Subir, subir, subir, SUBIR.... el camino es largo, tal vez regresar a la autopista sea lo adecuado, en este abismo pocas luces hay, quien vea una ha de luchar crudamente con el resto de almas dolientes... Un cuerpo sube, SUBE!!... lentamente, otro en tanto camina a veces, otras se arrastra guiado solo por su fe, su fe en la carretera en llegar al camino nuevamente, en encontrar el propósito elevado de su conciencia, en hallar esa referencia que indique su norte.... Ya sea permaneciendo en el fondo del precipicio y bordeando el camino para evitar caer de nuevo, cada uno de estos individuos se levanta y con una referencia inmersa en el egoísmo propio del ser humano, conducen su vida, recorren el camino lleno de ínfimos momentos de complacencia y felicidad.
Viktor Towm.
23 de Noviembre de 2008
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